Fin de un viaje infinito

No hace ni dos semanas que el F.C. Barcelona ha puesto punto y final a una temporada decepcionante, y sin embargo el club ya ha anunciado dos fichajes y un nuevo entrenador.
Digo decepcionante porque esa es la sensación que me queda tras iniciar la liga con un equipo que parecía de ensueño.

Probablemente, contábamos (y contamos, por que de momento el único que ha abandonado el barco es Edmilson que lleva una vida lesionado) con una de las mejores plantilla en cuanto a nombres: Ronaldinho, Deco, Eto’o, Iniesta, Messi, Xavi… Y en realidad, si repasamos los resultados obtenidos, no son peores que en años anteriores, entonces valorados positivamente: Terceros en Liga, y semifinalistas de Champions y Copa. Así, pienso que el verdadero fracaso del Barça, está en el hecho de que, contando con este increíble equipo ha realizado un fútbol desastroso, sin la magia ni la garra a la que nos tenía acostumbrados.

Sin duda lo peor del año, ha sido la apatía de la mayoría de los jugadores barcelonistas (salvando a Iniesta, Valdés, Touré, Xavi, Puyol o Bojan), que teniendo el “don” de poder maravillar con su técnica han preferido descansar en su olimpo divino y han creído que sin esfuerzo y entrenamiento podían seguir ganándolo todo, como si pudieran vencer con los brazos cruzados. Quizás en algunas citas funcionó, pero, si se echa un vistazo a los grandes partidos, en ninguno de ellos se ha cumplido: derrota con el Valencia en Copa, humillación por dos veces ante el Madrid, incapaces de marcar un gol al Manchester…Y eso que el de Manchester fue uno de los mejores partidos del equipo, pero por una vez el fútbol fue justo. Sí, justo. Porque realmente, como barcelonista que soy me hubiera encantado ver al Barçá en la final, pero este equipo divinizado y vago (salvo excepciones) no lo merecía. No se puede ir a por todas en la Champions y pasearse por la liga Española. Por supuesto que motiva más jugar ante todo un Manchester, que ante un Valladolid (con todos mis respetos) pero hay que ser profesionales y cumplir, es decir estar concentrados al 100% en todos los campos. Y no sólo porque les paguen, sino porque, en teoría, están haciendo lo que más les gusta: jugar al fútbol. Y ésta temporada no lo parecía.

Por otra parte, la aún (esperemos que pasa con la moción de censura) directiva del club continúa apostando por su política de la “cortina de humo”. Es decir, después de un gran fracaso, hacer como si nada, y anuciar al día siguiente una noticia bomba: Derrota en Madrid = Guardiola nuevo entrenador. Y ayer y hoy, los fichajes de Keita y Gerard Piqué (que por cierto, todo y que me encanta Piqué, es una vergüenza que paguemos por un jugador que antes estaba ya en nuestro club, pero eso dejémoslo). Y la temporada pasada, el fichaje de Henry, que, lo reconozco, me encandiló y me hizo olvidar los desastres pasados.

Por último desear buena suerte a Frank Rijkaard, que todo y que su ciclo había de acabar, nos ha dado unos años de tranquilidad, y a Deco, verdadero pilar y alma del equipo que maravilló en Europa y del que siempre continuaré enamorada futbolísticamente hablando. Y pedir que le den más juego a Gudjohnsen, que cuando ha salido ha aportado fuerza y pegada al equipo.

Ahora, un nuevo viaje comienza, y a pesar de saber que todo es una gran manipulación del señor Laporta, es necesario apoyar a Guardiola como se hizo con Rijkaard, todo y que no me convence la decisión de subirlo al primer equipo por su inexperiencia. Y sobre todo, porque por fin había conseguido, después de muchos años, que el filial desarrollara un buen juego, y pienso que sería bueno darle continuidad. Pero, las cosa son así, hacía demasiado tiempo que reinaba la paz y a los culés nos va la marcha.