dimecres, 7 de gener del 2009

La marea

Comer, reir y volver a casa. Todo, igual que siempre. Entras en casa y notas que algo ha cambiado. Unos días antes no imaginabas que volverías a percibir de nuevo el vacío de los primeros días. Unos días antes estabas aquí. Era díficil pensar que te afectaría. Y quizás más que la primera vez. Te habitúas tan rápido a una situación -que antes era normal- que el hecho de que cambie te parece irreal. Pero una noche, no sabes por qué, te das cuenta que falta poco, que en dos días ya no oirás gritos pidiendo ayuda contínuamente o canciones estúpidas y a la vez divertidas. Toca decir adiós. Hasta pronto. Y rompes a llorar.

1 comentari:

Àngels ha dit...

Les coses sempre canvien. No t'has acostumat a una cosa, que de cop ja torna a canviar. Per molt que a vegades sembli que ens hem acostumat a les absències, en el fons l'únic que fem és dissimular-les omplint-les d'altres coses.
Aquest text m'ha fet recordar a aquell que vas fer per ràdio, em va posar la pell de gallina.

(sí, no estic estudiant publicitat...)