A veces películas sencillas y pequeñas te emocionan. No se si emoción sería la palabra exacta, pero es como si un cosquilleo recorriera tu cuerpo cuando abandonas la sala. Esta vez la que sonríe no es tu cara, sino todo tu cuerpo.
Somers town es uno de estos films. La película de Shane Meadows (This is England) presenta un argumento simple: un chico de 16 años, Tomo, que llega solo a Londres y intenta sobrevivir en una ciudad extraña. Todo y que en principio, su situación parece difícil, Tomo, encuentra cómplices en su camino fruto de una serie de casualidades. Entre ellos, el más importante, Marek un joven polaco que vive con su padre; y el más excéntrico, un vecino que les dará trabajo. A lo largo de la película, Tomo, el típico listillo aprovechado, acaba conquistando al público y se convierte en un personaje entrañable.
El punto fuerte del film, es, sin duda, la complicidad entre los dos chicos, y sus ocurrentes iniciativas, que les llevan a improvisar un medio de transporte muy especial, o a acabar con Tomo vistiendo de forma muy peculiar. La verdad es que su amistad ya se inicia de forma poco convencional, gracias en parte al "morro" y la curiosidad de Tomo.
La apuesta por el blanco y negro es todo un acierto, porque contribuye a crear un ambiente más cercano, nás íntimo, y la música ,de Gavin Clark, es fantástica. En los primeros instantes del film nos encontramos con una primera canción, Raise a Vein , que con su ritmo pausado y sus frases cortas y suaves, te dibuja rápidamente una sonrisa y consigue ganarte ya para el resto de la historia.
No es una película que te cambie la vida pero te deja una gran sensación de tranquilidad. Es como si durante los 72 minutos que dura te trasladara a un mundo mágico, entre la realidad y el sueño, ya que sus apuntes más duros son contrarestados por grandes momentos cómicos, curiosos y entrañables. Además, hay cosas que se dejan en el aire, sin resolver. El director no se preocupa por darles respuesta. Pero ahí es donde entra nuestra imaginación, que se lleva a casa la película y decide cómo empieza o continúa todo, y si lo que acaba de ver ha pasado o no. La pregunta es si te dejas llevar y entras en el juego o si prefieres aferrarte a la realidad.
Somers town es uno de estos films. La película de Shane Meadows (This is England) presenta un argumento simple: un chico de 16 años, Tomo, que llega solo a Londres y intenta sobrevivir en una ciudad extraña. Todo y que en principio, su situación parece difícil, Tomo, encuentra cómplices en su camino fruto de una serie de casualidades. Entre ellos, el más importante, Marek un joven polaco que vive con su padre; y el más excéntrico, un vecino que les dará trabajo. A lo largo de la película, Tomo, el típico listillo aprovechado, acaba conquistando al público y se convierte en un personaje entrañable.
El punto fuerte del film, es, sin duda, la complicidad entre los dos chicos, y sus ocurrentes iniciativas, que les llevan a improvisar un medio de transporte muy especial, o a acabar con Tomo vistiendo de forma muy peculiar. La verdad es que su amistad ya se inicia de forma poco convencional, gracias en parte al "morro" y la curiosidad de Tomo.
La apuesta por el blanco y negro es todo un acierto, porque contribuye a crear un ambiente más cercano, nás íntimo, y la música ,de Gavin Clark, es fantástica. En los primeros instantes del film nos encontramos con una primera canción, Raise a Vein , que con su ritmo pausado y sus frases cortas y suaves, te dibuja rápidamente una sonrisa y consigue ganarte ya para el resto de la historia.
No es una película que te cambie la vida pero te deja una gran sensación de tranquilidad. Es como si durante los 72 minutos que dura te trasladara a un mundo mágico, entre la realidad y el sueño, ya que sus apuntes más duros son contrarestados por grandes momentos cómicos, curiosos y entrañables. Además, hay cosas que se dejan en el aire, sin resolver. El director no se preocupa por darles respuesta. Pero ahí es donde entra nuestra imaginación, que se lleva a casa la película y decide cómo empieza o continúa todo, y si lo que acaba de ver ha pasado o no. La pregunta es si te dejas llevar y entras en el juego o si prefieres aferrarte a la realidad.

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